Masajes, toda una ciencia

Cómo es un buen masaje..

De todos es conocido los beneficios que nos reporta un buen masaje en el momento que sufrimos de una dolencia en el cuello, los hombros, la espalda, etc… Pero pocos saben de la existencia de un “pequeño cerebro en cada uno de los dedos de la mano en algún lugar entre falange, falangina y falangeta” tal y como se refiere José Saramago, y que es reclamado por esas contracturas tan molestas y dolorosas que padecemos habitualmente.

Es en ese momento cuando las manos del masajista recorre el músculo hasta encontrar la contractura o ese “nudo” que se percibe debajo de la piel para ser manipulado y presionado.

Como dicen los gurús de la fisiología en sus cuadernos: “la mano proporciona al cerebro el conocimiento del grosor y de la distancia de las cosas, es la educadora de la vista, lo que permite controlar e interpretar informaciones”.

Pero esta interpretación exige un buen conocimiento de anatomía, fisiología y patología…. No es cuestión de mover la manos hábilmente sino saber por que se mueven, que están moviendo en cada momento y que produce cada uno de estos movimientos. Cuando esto es así, el efecto de los masajes es inmediato sobre el músculo dañado ya que éstos tienen una gran capacidad de reparación por su elasticidad.

En el caso de los masajes orientales, tal como el Tailandés, cuentan con una tradición casi inmemorial en diversas técnicas de masaje, y su fama se debe a la extraordinaria capacidad de percepción táctil. El masaje tailandés tiene de extraordinario la conexión que se establece entre el cuerpo, la mente y el alma. Con cada presión, y fricción sobre la piel, las manos escuchan la respiración del paciente y grito de sus emociones. Con cada descontractura del músculo se desbloquea una emoción, se mueven energías y vuelve el bienestar a nosotros, dejándonos en un estado de relajación profunda.

En el mundo occidental, este tipo de masajes, chocan con lo convencional, pero lejos de volverle la espalda, son cada vez más los científicos que se aproximan a estas técnicas con el fin de cotejar los métodos empleados con los espectaculares resultados que se obtienen en los pacientes.